
Mi Trailwalker personal (I)
El año pasado nos llevamos un susto en la empresa: una de nuestras compañeras sufrió un ictus muy agresivo a principios de año, que nos dejó a todos un poco descolocados. Ella es una luchadora y está dándolo todo en la recuperación y nos pareció que sería muy buena idea solidarizarnos con ella en estos momentos tan duros y entrenar por una doble causa.
Así nos decidimos a participar con varios equipos en la TrailWalker de Girona de 2018, y sólo nos faltaba decidir el nombre del equipo.
La anécdota que nos contó nuestra compañera de su estancia en el hospital no dejaba lugar a dudas de cuál sería el nombre elegido:
“(…) yo tengo una propuesta para el nombre del equipo…suena un poco raro, pero tiene su historia… el nombre seria «Las dos piernas son buenas». La historia es que cuando finalmente me dejaron sentarme en la butaca por primera vez me ayudó un celador, Carlos. Cuando me puse en pie Carlos me dijo: “Apoya el peso en la pierna buena”. Sin mediar ni un segundo dije:“¡Aquí las dos piernas son buenas!”. Por lo visto, todos en la habitación se quedaron helados. En aquél momento, yo no era consciente de mi falta de equilibrio y mi lateralidad; lo experimenté entonces. Cuando en el momento del alta y la despedida hablé con Carlos (el celador) me dijo que nunca más ha vuelto a usar la expresión «la pierna buena»; que tenía toda la razón: las dos piernas son buenas siempre, algunas están más débiles, pendientes de rehabilitación,… pero siempre son buenas. En fin, es una anécdota de mi estancia en el hospital que recuerdo con especial cariño…”
Y ahí estamos, esperando recaudar el máximo posible de donaciones para aportar nuestro granito de arena.
Y yo que me apunto a lo que salga, pues ahí que me metí en uno de los equipos, total ¿Qué son 100 kilómetros? Y entonces es cuando empiezo a tragar saliva y pienso si es necesario que me meta en estos jardines que me meto, porque todo hay que decirlo, no es que sea precisamente una dedicada deportista, sin embargo, me pareció un buen reto, no sólo por la parte solidaria del proyecto sino por apoyar a nuestra compañera en la rehabilitación, y ¿por qué no?, para recuperar la forma física de una manera sana.
Ahora mismo nos quedan 7 semanas que no es nada, aunque yo empecé mis pequeños entrenamientos hace tiempo, (también porque coincidió con la recuperación de una operación), pero no son suficientes, así que para intentar conseguir este reto sin perder la dignidad (porque ya os digo que el glamour va a ser muy difícil mantenerlo), os iré contando a lo largo de estas 7 semanas cuál va siendo mi evolución y así en cierto modo me obligo a seguir un plan estricto porque de otro modo no tendré nada que contar.
Hasta ahora estoy haciendo mis 5-6 kilómetros en la cinta de correr de casa entre 2-3 veces por semana y amplío el fin de semana con alguna caminata al aire libre que no pasa de los 10 kilómetros, así que tengo tarea.
Creo que va a ser una experiencia chulísima y de la que me acordaré toda la vida (especialmente en las semanas posteriores al evento por las agujetas que tendré si es que salgo viva de ahí).
Tengo la suerte de que en mi equipo están dos personas que ya saben lo que es participar en este reto, así que nos van dando consejos para afrontarlo de la mejor manera posible.
De momento llevo acumulados muy pocos kilómetros en global, pero ayudan a que se vayan fortaleciendo las piernas, y creo que también ayuda algo el llevar tacones algunos días (gemelos de acero asegurados).
Hay muchas cosas más a tener en cuenta: alimentación, cuidado de los pies, y sobre todo la carga psicológica que creo que es la más importante, y que os iré contando en las siguientes semanas.
Por si queréis conocer algo más acerca de este evento os dejo un enlace a la página de nuestro equipo, y si de paso queréis colaborar, toda donación será bienvenida:
¡¡A por los 100 kilómetros!!

