El blog de Lady Exile

Escapada a Hamburgo.

A veces (en mi caso con bastante asiduidad) tenemos el mono de hacer algún viaje, pero o no tenemos el dinero disponible, o no tenemos los días de vacaciones.

Es aún peor cuando es a principios de año, porque todavía tenemos presentes las vacaciones de Navidad, nos queda todo un año por delante y se presenta un trimestre sin festivos ni puentes, con lo que la situación no es nada halagüeña.

Sin embargo, siempre nos quedan los benditos fines de semana, a veces con un día y medio es suficiente para desconectar y paliar el ansia de vacaciones, y eso es lo que hicimos: buscar un destino chulo relativamente cercano para perder el menor tiempo posible con los vuelos.

El problema eran la época del año en que estábamos, en pleno invierno cualquier lugar cercano implicaba viaje por Europa y por lo tanto altas probabilidades de pasar un frío de muerte.

Aún así, seguimos adelante con nuestra mini escapada y elegimos Hamburgo como destino, saliendo el viernes a media mañana y volviendo el domingo a mediodía más o menos.

Una opción buena para volar a Hamburgo es Vueling, el precio es bastante asequible llevando equipaje de mano, y el aeropuerto está bastante cerca de la ciudad y muy bien comunicado.

Como llegábamos sobre las 15.30 cogimos un billete sencillo de tren que nos dejaba al lado del hotel, y el resto de la tarde pasearíamos por la zona; para el día siguiente ya cogeríamos un billete de un día pero ojo con esto, hay de primera clase y de segunda clase, y los de segunda clase (que fue el que compramos nosotros sin saberlo) no te permite subir a algunas líneas de autobús que son tipo exprés, pero en realidad sólo un conductor no nos dejó subir con el billete de segunda clase, el resto no pusieron ningún problema, supongo que están acostumbrados a esta confusión ya que no está nada clara cuando se compra en las máquinas y tampoco hay nadie que te pueda atender.

Nada más llegar no fuimos a comer un menú típico alemán a un restaurante de una cadena del centro, a 5 minutos de nuestro hotel.

Block House

Comimos estupendamente, la carne buenísima y eso sí, nada barato para ser una cadena, pero un menú bastante completo.

Lo malo de viajar en invierno al centro de Europa, es que hace muchísimo frío y que enseguida se hace de noche, así que cuando te has dado cuenta se ha terminado el día. Normalmente el día de la llegada ya cuentas con que es el de aclimatarse del viaje, pero teniendo sólo dos hay que aprovechar al máximo.

Después de comer nos fuimos para el hotel, no sin antes parar a hacer el postre en una cadena de cafeterías-pastelerías tipo Starbucks a la alemana, de la que nos hicimos fans y que estaba además justo en el edificio de al lado de nuestro hotel.

Nuestro hotel el Scandic Emporio Hamburgo, conocimos esta cadena estando en Estocolmo y nos pareció una pasada, así que como encontramos una buena oferta decidimos repetir, y cuál fue nuestra sorpresa que nos hicieron un upgrading a habitación superior con lo que la estancia no pudo ser más acogedora y cómoda, y además descubrimos el refresco de cola local.

 

Después nos fuimos a dar una vuelta por el centro para ver al menos algo de la zona histórica de la ciudad a pesar del frío tremendo que hacía, aunque la verdad es que fue una vuelta corta para poder descansar que el sábado nos esperaba completito.

 ayunt

Al día siguiente teníamos que madrugar porque teníamos visita a las 8 de la mañana, para evitar las hordas de turistas, al Museo de las Miniaturas del mundo, y aún así había bastante gente.

Este museo es una maravilla, el detalle con el que están hechas todas las piezas es una pasada, es un recorrido en toda regla por el mundo, sólo pondré un par de fotos porque la magia es descubrirlo durante la visita.

Aquí estuvimos unas 3 horas y nos habríamos quedado otras 3 pero nos quedaba mucho que ver, poco tiempo y llegaban las hordas, así que era hora de dar el relevo.

Desde ahí nos fuimos a la iglesia de St. Michaelis donde subimos a la torre y bajamos a la cripta, aunque ya se estaba empezando a colapsar de turistas todo y no se podía disfrutar de la visita tanto como habríamos querido.

torre

Antes de seguir tocaba parada de rigor de avituallamiento y fuimos a un sitio chulísimo y súper original en el centro, un restaurante especializado en hamburguesas y zumos caseros, muy recomendable la de carne mechada.

www.burgerlich.com

burguer

Como queríamos disfrutar de la noche en Hamburgo aunque fuera un rato para variar, porque siempre acabamos tan cansados que no nos quedan fuerzas para salir, nos fuimos a hacer una descanso al hotel y de vuelta a la calle cuando ya había anochecido.

Nuestro destino era el barrio de St. Pauli, el barrio típico de Hamburgo de locales de copas, de ocio nocturno y de prostitución legal, en la calle Reeperbahn, que sólo permite la entrada a mayores de 18años, y en su acceso, desde 1970 se encuentra un cartel que prohíbe la entrada a menores de edad y mujeres, aunque técnicamente es una calle pública abierta a todo el que quiera entrar.

 reeper

 Nos tomamos unas cervezas con buena música de fondo en Zwick, que es una especie de Hard Rock que rinde tributo por todas sus esquinas especialmente a los Beatles, ya que estuvieron actuando regularmente en varios clubes de esta ciudad entre 1960 y 1962.

Después nos dimos una vuelta por el barrio de St. Pauli luchando contra el friazo tremendo que hacía y como no, terminamos la noche con un currywurst en lo que parecía un lugar mítico de la noche hamburguesa: Lucullus, por un precio más que ajustado.

Se terminaba la aventura de Hamburgo porque al día siguiente volvíamos a Barcelona, no sin antes disfrutar de un estupendo desayuno en nuestro hotel.

Nos quedamos con ganas de más y de poder ver y hacer más cosas, pero para ser un día y medio estuvo muy bien aprovechado, y nos lo apuntamos en la agenda para revisitarla con más calma.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.