
Al Cielo con Fe.
Recuerdo que, a pesar de lo miedosa que soy y el pánico que me dan los cohetes, hubo un año en que – supongo, en un ataque de locura – bajé a la parte de abajo del mirador a ver la operación 2000,y ese momento en que se comienzan a prender todos los cohetes, y a silbar todos al unísono para salir disparados, ese momento en que se te encoge el alma y casi la vida, es inexplicable salvo para los que somos villarteros; no se me ocurrió ninguna escena mejor para representar nuestras fiestas.

